Abriste la vieja puerta de rejas, pero todavía estás muy lejos de la aldaba de la fantasía. Parado en el jardín de lo absurdo, te deleitás con los sinsabores, entre “lo cierto” y “lo falso”, pero no te atrevés a dar un paso más.
Saltando los charcos de una amnesia acumulada, intentás hallar el hábitus perdido del juego.
¿Donde quedó tu incandescencia por transcurrir las andanzas enfrascadas en los libros de cuentos, hoy apilados en tu viejo y húmedo ático?
Caen a tu alrededor las amargas manzanas de la verdad, aunque hoy ya no contienen el veneno que te anestesió... Ya no tienen forma de corazón.
Podés tocar la fría mano de tu tuerta muñeca de plástico, que moría lentamente mientras atendías otras urgencias. Encontrás un luchador desarticulado en el fondo del armario y esbozás una macilenta sonrisa, casi por inercia. Ya sos grande.
Buscando señales, sentís el aroma a tierra mojada y recordás la frescura de los pies en el barro una tarde de lluvia, con su arco iris coronando el misterio de lo lejano...
Esperas a tu hijo, como la última posibilidad de sacar tus ejércitos de soldaditos del placard, para verlos envueltos en una nueva batalla, pero esta vez contra el tiempo, contra el olvido, contra la vergüenza, contra la cobardía que acarrea la supuesta madurez de dejar de creer en la magia de otros mundos.
Escrito y sentido con el Sr. Franco. (http://www.bardoverde.blogspot.com/)
Saltando los charcos de una amnesia acumulada, intentás hallar el hábitus perdido del juego.
¿Donde quedó tu incandescencia por transcurrir las andanzas enfrascadas en los libros de cuentos, hoy apilados en tu viejo y húmedo ático?
Caen a tu alrededor las amargas manzanas de la verdad, aunque hoy ya no contienen el veneno que te anestesió... Ya no tienen forma de corazón.
Podés tocar la fría mano de tu tuerta muñeca de plástico, que moría lentamente mientras atendías otras urgencias. Encontrás un luchador desarticulado en el fondo del armario y esbozás una macilenta sonrisa, casi por inercia. Ya sos grande.
Buscando señales, sentís el aroma a tierra mojada y recordás la frescura de los pies en el barro una tarde de lluvia, con su arco iris coronando el misterio de lo lejano...
Esperas a tu hijo, como la última posibilidad de sacar tus ejércitos de soldaditos del placard, para verlos envueltos en una nueva batalla, pero esta vez contra el tiempo, contra el olvido, contra la vergüenza, contra la cobardía que acarrea la supuesta madurez de dejar de creer en la magia de otros mundos.
Escrito y sentido con el Sr. Franco. (http://www.bardoverde.blogspot.com/)
6 comentarios:
Por un momento creí que estaba loca. "Esto ya lo leí", pensaba...
Claro que lo leí, en el blog de Franco.
Me hiciste asustar!!!! Creí estar peor de lo que estoy!
Hacía tiempo que no leía algo que me toque la cabeza tan fuerte.
Los felicito porque es realmente bueno. Las imágenes, los colores, las formas.
Espero no les moleste que diga que de alguna forma me trae a la memoria "Vencedores vencidos" de los Redonditos. Ese diálogo con el otro. Yo, vos, nosotros...somos todos. Generaciones, herencias, vacíos.
Felicitaciones de nuevo.
No hay caso, hay dos mentes brillantes que cuando se unen consiguen eso que no se ve todos los días, ni siquiera tan seguido. Un beso Lola, sabés que los admiro a ambos.
Ciao!
Como le va srta! Espero q esté pasando un feliz feliz cumpleaños, comiendo torta y demas cosas...
un gusto haber escrito de nuevo con usted!!!!
demasiada formalidad, chau che pasala lindo!!!!
pase por el blog de franco y es imposible no reconocer el trabajo elaborado por los dos
realmente usted es una tesa para escribir, y ese dúo con franco vas pa rriba.
ojala nos sigan impresionando y recreando la mente con cosas como estas...
un feliz cumpleaños señorita.
Entre en el blog de Franco y lo leí.
Ahora paso aqui a verte y felicitaros de nuevo
Sois geniales.
Un beso
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