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jueves, 11 de septiembre de 2008

Apocalipsis


Absurdas suspensiones se suceden cada vez que mis manos buscan,
te buscan ciegas en la neblina espesa de tus fundamentos.

Que se escapa el tiempo,
que tenemos una vida.

No es cobardía…
Son desfasajes de asincrónicas primaveras,
con pausas aceleradas,
o desencuentros con la intermitente luz de tus espejos,
y los míos.

Que quiero correr, a veces;
que rescato olvidos que recuerdo.

Sí, todo.

A veces resbalos inocentes,
a veces fuego eterno encapsulado en un deseo intangible.

Que somos ínfimos,
que somos infinitos,
que somos finitos.

Ahora,
con tiempo,
llegan ondulantes las rigideces de una extraña dispersión.

Con mutua sinergia,
en continua e imperceptible metamorfosis,
catalépticos permanecemos.



Analuz

sábado, 6 de septiembre de 2008

La vida es un ovillo...

Llegué a esa conclusión mirando cómo caminaba un nene: A zancadas… Tres pasos de lo que podría haber sido una prisa de momento, ajena, me hicieron dar cuenta de que los míos son cada vez más cortos.
La vida es una madeja con un largo determinado que podemos ir tejiendo a diferentes ritmos. Me parece haber leído un cuento a cerca de esta metáfora, pero con ésta imagen realmente me di cuenta con la cobardía, la timidez o avaricia con que a veces tiro del ovillo para ver qué sigue, que colores, qué texturas, que nudos me esperan. Es como la sensación de una curva cerrada en una noche muy oscura: Uno sabe que el camino sigue, pero no qué hay del otro lado de los misterios…
Lenta, a veces indecisa, a veces impulsivamente vuelvo a mis buenas costumbres perdidas: Revisar/me, preguntar/me, enojar/me, reconciliar/me, querer/me… Y a veces miro de lejos la trama de vida incuestionable, amortizada con el tiempo, y me reprendo un poco, y me aprendo un poco… Y me río, un poco.
Analuz